Además de guardar los tapones de plástico de las botellas para contribuir a la campaña en favor de la investigación de las enfermedades raras, los tapones nos pueden servir también para hacer pendientes como éstos.
Sólo necesitas un cuter bien afilado y una base dura sobre la que llevar a cabo esta manualidad. Pon boca arriba el tapón elegido (pueden ser de cualquier refresco), y con ayuda del cuter, córtalo en pedacitos, de arriba abajo . No importa que los trozos no sean iguales. Cuando hayas terminado, despega los trozos cortados y ábrelos como si fueran los pétalos de una flor, para separarlos con el cuter de la base del tapón. Cuesta un poco porque el plástico es duro.
Ahora sólo queda agujerear el centro de los trocitos con un punzón, e ir introduciendo el alambre por los agujeros. Cuando tengas los suficientes para que los pendientes tengan la longitud deseada, dobla las puntas del alambre sobre sí mismo para que no se salgan los trocitos por abajo y se le pueda colocar por arriba la anilla que los unirá al enganche.
También puedes hacer los pendientes redondos: compra aros e introduce los trocitos por el alambre. Quedan espectaculares poniendo en el centro los más grandes y dejando los pequeños para los laterales.
Los de color rojo, propios de la cocacola, parecen de coral.
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