Otro "tesoro" encontrado junto al contenedor: cuatro sillas de Ikea prácticamente nuevas. El problema fue cargar con todas a la vez. Una de ellas la pinté de negro y con su correspondiente cojín está ubicada en un dormitorio; otra de rojo, para un despacho juvenil, y las dos que se aprecian en la foto, las pinté de un azul intenso para dar color a la cocina.
La restauración fue muy rápida, porque, como os he comentado, estaban prácticamente nuevas, por lo que sólo hubo que lijarlas y pintarlas en el color elegido para cada una de ellas. Con dos manos de pintura fué suficiente. porque teníán una pintura de base.
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