Esta otra lámpara está hecha también con alambre y tarros de cristal, de los de yogour. La ví en un número antiguo de la revista Habitania, y no paré hasta realizarla con ayuda de mi profe.
Hay que cortar tiras de alambre de un mílimetro más o menos de grosor, de distinto largo, y a ser posible de aluminio para evitar que se oxide.
En uno de los extremos hacemos una espiral sobre la que ponemos la base del tarro, y, una vez adaptado, enrollamos el alambre a su alrededor;.Con dos o tres vueltas es suficiente para formar la estructura a modo de cestillo sobre la que colocaremos el tarro. Un alambre más fino, de 0,6 mm de grosor, nos servirá para reforzar y decorar esta estructura .
Cuando ya disponemos del suficiente número, unimos todos los alambres por la parte superior y vamos disponiendo los tarros a diferentes alturas, doblando y arrugando los alambres junto con otros sueltos en los que habremos insertado cuentas de cristal, arandelas u otros elementos decorativos. Con todos ellos formaremos una especie de gancho que reforzaremos con alambre, para poder colgar la lámpara en una rama, una alcayatal o cualquier otro soporte.
Despues sólo nos queda introducir velas de botón en cada uno de los tarros y encenderlas en las noches de verano.
Yo quiero una.
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